sábado, 17 de marzo de 2012

Breve historia de la tira cómica


A estas alturas, alguno se habrá preguntado por qué es este un curso de guión de "TIRAS CÓMICAS". El título del blog no está puesto arbitrariamente, ya que aquí voy a hablar de mi género predilecto y el que practico: la comic strip clásica. Así que si estáis buscando guías o consejos para hacer viñetas de actualidad, parodias, caricaturas, chistes ilustrados o álbumes de humor, lo lamento pero este no es el lugar adecuado. Aquí nos vamos a centrar en la tira cómica.

¿Y qué es la tira cómica? Hagamos un pequeño repaso de sus orígenes y su historia para situarnos. Si buscamos tira cómica o comic strip en la Wikipedia veremos que nace a finales del siglo XIX y que está vinculada desde sus inicios a su publicación en los periódicos. En un principio, la inclusión de tiras cómicas en el periódico fue una estrategia comercial: en una sociedad con un bajo grado de alfabetización, los dibujos y el color atraían a nuevos lectores. Los temas eran ligeros y el humor básico, con golpes, acción, aventuras... Es decir, de un marcado carácter popular. Muchas veces los propios autores no consideraban su trabajo una expresión artística.

La difusión de las tiras cómicas creció exponencialmente, en especial al entrar en el engranaje de la sindicación de contenidos. Sin entrar a fondo en los detalles de lo que suponía la sindicación para los autores (condiciones contractuales draconianas, ritmos de entrega infernales, renuncia a los derechos de sus propias creaciones), propició un escenario en el que las tiras de prensa eran un gran negocio y en el que los dibujantes debían emplearse a fondo para exprimir las posibilidades del formato y aplicar su creatividad encorsetados por unas reglas muy estrictas. Las tiras más populares llegaban a publicarse en centenares de periódicos de todo el mundo. En palabras de Bill Watterson, creador de Calvin y Hobbes y el autor de tiras cómicas más consciente sobre su proceso creativo que conozco:
"La mecánica interna de un periódico imprime severas restricciones en las tiras de prensa. Éstas tienen que producirse a un inflexible ritmo diario y dejan muy poco espacio para el dibujo o los textos. Es más, como normalmente se supone que sirven para entretener a los niños y tienen que atraer lectores de gustos muy diversos para ser rentables, también existen restricciones editoriales: los temas polémicos y los puntos de vista personales raramente se toleran. El interés comercial de los diarios y su deseo de llegar a un público más amplio posible no suele ser muy compatible con lo que podemos denominar como necesidades de expresión artística."[1] 
A medida que los grandes autores del género fueron aflorando, con su cénit en Peanuts, de Charles Schulz, las tiras cómicas ganaron el reconocimiento de la crítica como legítimo producto artístico y cultural asociado a la figura del autor. Paralelamente, la implantación de la televisión como fuente de noticias y entretenimiento popular y el progresivo alejamiento de los anunciantes de la prensa escrita, rematado en la última década por el boom de internet, hizo que el espacio destinado para tiras cómicas en los periódicos se redujera. Por ejemplo, muchas veces el mismo espacio se aprovechaba para embutir el doble de tiras cómicas, y también fueron desapareciendo los suplementos dominicales.

Resumiendo, la tira cómica clásica está marcada a fuego por las restricciones, forma parte de su idiosincrasia. A saber:

- ESPACIO LIMITADO para dibujos y texto.
- ESTRUCTURA ESCALABLE y REMAQUETABLE
- PERIODICIDAD estricta e irrenunciable.
- PALETA CROMÁTICA limitada.
- TEMÁTICA generalista para llegar al mayor público posible.


Todo esto, antes de la era del webcómic, claro... pero de eso hablaremos en un capítulo aparte.

Una vez visto esto, la pregunta clave es: teniendo en mente el contexto editorial actual, ¿debemos tener en cuenta estas limitaciones para crear nuestra tira cómica? Al fin y al cabo, entre la publicación en internet y la autoedición física y digital se pueden eliminar prácticamente todas estas limitaciones formales y de contenido... Mi respuesta es tajante: SÍ, hay que tenerlas en cuenta. Aunque sea para luego ignorarlas y romperlas.

¿Por qué limitar nuestra creatividad auto-imponiéndonos límites? Como sabréis, yo soy de los que apuestan por convertir las limitaciones en virtudes. Durante este curso iremos desgranando punto por punto todas estas "limitaciones" de la tira cómica clásica y planteando preguntas sobre qué función tienen en la construcción de personajes y qué partido se les puede sacar para convertirlas en "virtudes", basándonos en ejemplos.

Para romper la tradición, hay que conocerla. LEED LOS CLÁSICOS. Empapáos de Peanuts, Calvin and Hobbes, Mafalda, Garfield, Dilbert. Y luego, haced lo que queráis.


Próxima entrega: Construcción de personajes y rasgos de personalidad (1)

[1] The Calvin and Hobbes Tenth Anniversary Book, publicado en España por Ediciones B.

6 comentarios:

  1. Muy interesante.

    Alucino con la cantidad de cosas que haces, Andrés.

    Esperando a la siguiente entrada.

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  2. Si bien es cierto que considero el conocimiento de lo existente como una base necesaria para evolucionar y revolucionar no son los condicionantes necesarios para tu proyecto.

    En tu proyecto eres tú quien analiza los condicionantes existentes y actúa en consecuencia. Por ejemplo, si bien es cierto que no hay un señor Diario de Ávila persiguiéndonos para que entreguemos todos los días, entregar todos los días hace callo y crea base de gente que visita. No dibujar en color y tener un formato muy concreto ayuda a la hora de imprimir recopilatorios (hay webcómics pensados para ser imprimibles y webcómics que no)

    Pero vamos, salvando ese detalle más matizable todo está chachi ^^

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  3. La cosa se está poniendo buena, jeje. Excelente el tema de hoy, Andrés.

    Lamentablemente con casi todo, para ser masificado hace falta la "standarización" y de allí vienen las limitaciones. Lo importante es que la creatividad se logre imponer sobre toda limitación. Total... Quino nunca necesitó del color o diversidad de formatos para hacer de Mafalda la joya clásica que conocemos, disfrutamos y admiramos. :)

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  4. Grande este curso Andrés! lo seguiré atentamente! yo hoy estoy empezando con tiras cómicas, aunque muy absurdas... xD

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  5. Leer a los clásicos tiene tanto de bueno... No sólo se aprende mucho, es que además te lo pasas de coña. Es una forma de educar el gusto, de evitar el camino más trillado, resulta inspirador, y en el fondo quieres ver que hacen y que necesitas tú para lograr eso.

    Sobre las limitaciones del formato diré que justamente la tira cómica es una escuela fantástica porque obliga a ceñirse a unas condiciones muy estrictas. Digamos que es un formato que impone una disciplina que los autores agradecerán en algún momento.

    Vendría a ser como twitter... Que te limita a 140 carácteres, pues eso, tienes 4 viñetas para hacerlo bien. No más. Apáñate.

    Salut!!!

    PD: Recomendaría también Liberty Meadows por ser distinta en el tratamiento gráfico de las tiras clásicas, lástima que sea tan caro pero es una joya, quizás menos gracioso, pero con muchas ideas.

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  6. Salvo Dilbert, que no lo tengo ni tocado, todas las demás recomendaciones me parecen imprescindibles. Y como digo, seguramente en cuanto lea Dilbert exclamaré "¿Cómo he podido estar tanto tiempo sin haber leido esto?"

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